El perfil del pentagrama - Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver - Eva Sion - Febrero 2012
El perfil del pentagrama
Vive rápido, muere joven y deja un
bonito cadáver
Eva Sion - Febrero 2012
“Es
difícil ser libre, pero cuando funciona ¡vale la pena!»
Janis
Joplin
Imaginemos
una ciudad industrial del sur te Texas: Port Arthur, limítrofe con Luisiana y
con playas en el Golfo de México. Imaginemos un ambiente sureño intransigente,
racista, nacionalista y de nivel cultural mediocre. Imaginemos una sociedad
machista de la década de los cincuenta del pasado siglo. Imaginemos una típica
familia americana, donde priman lo prejuicios y se fuerza el “bien” de los
hijos… Imaginemos el infierno de una vida dirigida por los otros y de la que tú
no puedes disponer sin ser un bicho raro y estigmatizarte para el resto de tu
existencia… ¡Bienvenidos a UEA, el país de las libertades (por lo menos es
estatua) y de las oportunidades, donde cualquiera puede llegar a ser presidente!…
No hay más que repasar su historia…
En
este ambiente paradisíaco de película hollywoodense, un matrimonio clásico de
estas latitudes: ella, buena estudiante que sacrifica su carrera por un
matrimonio; él, joven guapo y duro cuyo único bien es su coche y que acaba como
empleado de una refinería petrolífera; ambos, como padres modelo que enseñan a
sus hijos los principios de la sociedad blanca americana y quieren lo mejor
para ellos aunque sea, como siempre, hipotecando su futuro. Contraen matrimonio
y, allá por el año 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, Dios les premia con
una preciosa niña, Janis Lyn Joplin, a la cual pretenden encauzar como futura
maestra…
La
joven Janis es un tanto inadaptada a causa de su aspecto físico, tendencia a
engordar y con el rostro invadido por el acné, y, para más desgracias, se une en
su instituto a un grupo de intelectuales betaniks, jóvenes con tendencia a la
holgazanería, el desenfreno sexual y el vandalismo, por lo que, claro, la
mayoría de sus compañeros la marginan y la utilizan como objeto de sus burlas.
Pero no acaban ahí sus problema, sólo han hecho que comenzar, pues a la
jovencita no se le ocurre otra cosa que ser, al mismo tiempo, tolerante y
abrirse a todos los pensamientos, vengan de donde venga… ¡tamaño pecado!, y por
rechazar el racismo es acusada de ser “amiga de los negros”, por lo que es muy
impopular, lo cual es un trauma en aquellas tierras. Pero a ella esto no le arredra
y, a partir de los dieciséis añitos, comienza a frecuentar los bares musicales
de Luisiana donde actúan grupos de jazz y gospel… y pronto comenzará a cantar y
a ser un escándalo público y el centro de las matronas que cuidan de la salud moral
del barrio.
Visto
lo visto, a los padres no les queda más remedio que tragar e intentar encauzar
sus tendencias hacia algo positivo, así que es enviada al la capital del
Estado, Austín, para estudiar Bellas Artes en la Universidad de Texas. No se
sabe a ciencia cierta lo que Janis aprendió en sus clases, pero si hay
constancia de que asiduamente cantaba en los bares de la ciudad y que se ganó
una merecida reputación como fuerte bebedora. Eran los años sesenta y el
movimiento Hippy estaba en su apogeo, lo que suponía una gran atracción para
una mente rebelde como la de nuestra heroína. Por lo tanto, no tardó en dejarlo
todo y viajar a “La Meca” de este movimiento, me refiero a la cosmopolita
ciudad de San Francisco, donde conocería a su amante Ron McKernan, más conocido
como Pigpen, miembro del mítico grupo The
Grateful Dead, y comenzaría sus primeras andanzas con su otro amor, las
drogas, dejándose llevar por ellas hasta el extremo de adelgazar tanto que
pesaría lo mismo que una niña: 35 kilos. Ante este hecho, su familia tomó
cartas en el asunto y la obligó a volver a casa, al mismo tiempo que se
comprometía en matrimonio con un tal Peter Leblanc, quien la abandonó al poco
tiempo hundiéndola todavía más en la soledad y la inseguridad.
Un
buen día le llegó una oferta de un conocido productor del momento, Chet Helms,
quien le propuso volver a San Francisco para unirse con la banda de rock
psicodélico Big Brother and the Holding
Company, quienes le permitieron escribir sus canciones con toda la libertad
creativa que ella tanto amaba. Su primera actuación importante, junto con este
grupo, fue en el Festival de Monterrey de 1967, donde también estuvieron Otis Redding, Jimi Hendrix, The Who,
Jefferson Airplane y The Mamas and the Papas, y donde dejó estupefactos a
todos los asistentes con su versión del blues Ball and Chain:
Esta actuación no pasó desapercibida para Albert Grossman, el productor de
Bob Dylan, quien se los llevó a New York para que grabasen su primer disco,
nada menos que el titulado Cheap Thrills,
el cual apareció en agosto de 1968 y en pocos días se convirtió en disco de oro
de los de entonces, vendiendo más de un millón de copias en el primer mes. La
crítica comenzó a hablar de ella y Albert Grossman, viendo el filón en bruto
que en ella se escondía, la convenció de que el grupo se le quedaba pequeño,
por lo que pronto abandonó Big Brother and the Holding Company,
llevándose con ella al guitarrista Sam Andrew, para crear Kozmic Blues Band, su nueva banda que estaba totalmente a su
sombra. Janis quería explotar su estilo, más cercano al blues y al soul junto
con el rock, y así surgió su segundo disco Got
Dem Ol’ Kozmic Blues Again Mama!, el cual recibió duras críticas. En abril
de 1969 dieron su primera gira por Europa de la que Janis volvió plenamente
satisfecha.
Janis
había alcanzado la fama, estaba en la cumbre y todo el mundo podía pensar que
era plenamente feliz, sin embargo sus circunstancias no se lo permitían. Era
una persona inestable, con bastantes problemas de personalidad y autoestima,
sobre todo a causa de su bisexualidad y sus relaciones sentimentales que le
llevaron a varias orgías con hombres y mujeres en lo que ella llamaba “orgías
animales”, lo que le acarreó la separación de sus padres. La pareja más estable
que se le conoció fue una azafata de la compañía Delta Airlines, llamada Peggy
Caserta, quien tenía una boutique de moda en San Francisco y a la que, sobre
todo, le unía su común afición a la heroína y el alcohol. La presión de la fama
le podía y se encontraba en la más grande soledad por lo que buscaba su válvula
de escape por otros procedimientos. En una entrevista con la prensa declaró:
“Hago el amor con veinticinco mil personas en el
escenario y luego me vuelvo sola a casa.”
En el festival de Woodstock, ya sabéis,
aquella inmensa congregación de hippies que tuvo lugar en una granja del estado
de New York llamada Bethel y a la que acudieron sobre 400.000 personas, Janis
hizo famosa la canción Piece of my heart:
Tras un concierto en el
Madison Square Garden de New York, en diciembre de 1969, Janis no pudó más y abandonó
a su grupo y a la música, por lo menos durante un tiempo, viajando a Brasil
para intentar desintosicarse de la heroína y allí conoció a su nuevo amor, David
Niehouse, con quien duró hasta el regreso a los Estados Unidos pues él no
quería que volviese a cantar y que se fuesen juntos para vivir viajando por las
carreteras de América.
A la vuelta de Janis, su representante Albert Grossman le tenía preparado
otro nuevo grupo, la Full Tilt Boogie
Band, con quienes realizó una gira por Norteamérica y grabó el disco
póstumo Pearl. Por ese mismo tiempo
conoció a su última pareja, Seth Morgan, un joven de 21 años, traficante de
drogas y novelista, quien, a causa de sus infidelidades, pudo ser la causa de
su muerte prematura.
En la noche del 4 al 5 de
octubre de 1970, tras un duro día de trabajo en el estudio de grabación, Janis
salió con sus colegas de copas y volvió bastante borracha al hotel, donde nadie
la esperaba, pues Seth se había marchado de fiesta y Peggy estaba en una orgía
de drogas con otros aficionados a estos gustos. A las cuatro de la tarde del
día cinco de octubre, Janis no apareció por el estudio para seguir la grabación
y un miembro de la banda decidió ir a buscarla. Al entrar en la habitación, la
encontró muerta junto a la cama. El forense dijo que fue a causa de una
sobredosis de heroína… Janis tenía tan sólo 27 años, pero había vivido a
demasiada velocidad…
Llama la atención el contraste entre su funeral, fue incinerada y sus
cenizas esparcidas desde una avión por el Pacífico, al que sólo acudieron tres
personas: sus padres y una tía materna, y la fiesta en su honor, pagada por la
misma Janis, pues así lo dejó dispuesto en su testamento, donde estuvieron más
de doscientas.
Seis semanas después de
su muerte apareció Pearl, título
sacado de su apodo personal y que fue su último disco y mayor éxito, como suele
ocurrir con los artistas tras desaparecer. En él aparecían dos claros homenajes
a la cantante: la canción Mercedes Benz,
sin música, cantada a capella por Janis, ya que fue su última grabación, y Buried Alive in the Blues, sólo con
música, pues todavía no le había dado tiempo para grabar la letra:
Pero también en este ábum
se encontraba el tema Me and Bobby McGee,
que representó el mayor éxito de la cantante y que fue compuesto por otro de
sus amantes ocasionales, Kris Kristofferson, junto con Fred Foster:
Janis Joplin fue un ejemplo más de tantos artistas repletos de
insatisfacción por el mundo, por su propia vida, por sí mismos, que a lo largo
de la historia han vagado por este planeta donde todo lo que se aparta de la
norma establecida es visto como peligroso, inmoral, criticable y es apartado
hasta la soledad más absoluta o explotado por mercaderes del arte o de los
sentimientos, monstruos ávidos de beneficios o diversión a quienes no les
importa los daños colaterales que puedan producir sus acciones… La periodista Ellen
Wills dijo de ella: “Joplin perteneció al
selecto grupo de figuras del pop que importó tanto por ellas mismas como por su
música, ella sólo era superada por Bob Dylan como creador, cantante y
representación de la mitología de una generación.”
La imagen de Janis Joplin ha sido bastante controvertida, pues así como
para muchos es considerada una de las mayores estrellas de la música de los
sesenta, para otros es simplemente una muchacha con muchos problemas,
drogadicta, con una voz rota y desagradable, caótica en su vida y en sus
conciertos y la viva imagen de la contracultura de las drogas representante del
movimiento decadente de los hippies. Tal vez ella sea todo eso, incluso algo
más, pero hay que reconocer que Joplin es la imagen del fracaso de un tipo de
sociedad competitiva, intolerante, opresiva, acomplejada y llena de miedos, que
basa todos los valores en las posesiones materiales y toda la felicidad en “ser
alguien en la vida,” como si ser una buena persona no bastara…
Janis fue desde su adolescencia una mujer bastante problemática y luego,
cuando alcanzó la fama, no supo manejarla correctamente, cayendo en la red de
las drogas y el alcohol, y su vida sexual era de continuo desenfreno y no
exenta de maltratos. Pero detrás de su imagen de estrella rebelde y
desenfadada, estaba una muchacha tímida, que se sentía fea e indigna de los
reconocimientos que recibía y llena de inseguridad que sólo le desaparecía
cuando estaba cantando.
La relación con su familia no le ayudó demasiado, pues se crió en un
ambiente conservador que llenó de normas toda su infancia, las cuales intentó
contradecir al llegar a la adolescencia. Al sentirse incomprendida por los
suyos, buscó el cariño que no encontraba entre los jóvenes de las pandillas en
las que se cobijaba. Pero, a pesar de que todos estos actos estaban destinados
a llamar la atención de sus padres, éstos se alejaban cada vez más. Durante una
entrevista en la televisión su propia madre le preguntó; “Janis, ¿por qué
gritas tanto al cantar?” A lo que ella le respondió: “Para ver si me escuchas,
mamá.”
Todo en los últimos años
de Janis parecía estar destinado a la autodestrucción, pero era como la
pescadilla que se muerde la cola, pues como cada vez estaba más sola, esta
soledad le llevaba a consumir más drogas y alcohol, lo que la hundía más en la
soledad. Cuando intentó salirse de su adicción, volvió con sus padres y se
refugió en el amor de su novio, entregándose a él en cuerpo y alma, sin
embargo, cuando él la dejó, la recaída fue mucho peor que antes y se hundió más
profundamente en el mundo de las drogas y el sexo desenfrenado. De está época
es su famosa frase:
“Lo que te hace sentir bien no te
puede causar ningún daño.”
Ella misma lo dejó bien
claro con la letra del tema “Work me,
Lord”:
«Manéjame, Señor. No me dejes,
por favor. Me siento tan inútil acá abajo, sin nadie a quien amar. A pesar
que he buscado por todos lados, no puedo hallar a nadie que me ame, que sienta
mi cariño... Entonces, manéjame Señor, oh, ¡usame Señor! ¿Te puedo enseñar lo
duro que es tratar de vivir cuando estas solo? Todos los días trato
de avanzar, pero algo me empuja hacia atrás. Algo esta tratando de pararme
hacia mi forma de vida. Por eso, no me olvides acá abajo, Señor, no no no no
no, no me olvides, ¡Señor! No creo ser una persona excepcional acá en
este mundo, lo sé muy bien. Pero no creo que vayas a encontrar a nadie, ni
siquiera uno, que pueda decir que ha tratado como yo lo he hecho. Lo peor que
pueden decir ustedes de mi es que nunca estoy satisfecha...»
Poco antes de morir tuvo dos apariciones en el programa
televisivo The Dick Cavet Show, allí anunció que asistiría a la reunión de antiguos
alumnos de su colegio diez años después, sin embargo no fue una experiencia
agradable y luego dijo a la prensa que nunca había tenido buenas experiencias
en el colegio y habló mál de su pueblo, Port Arthur, donde dijo que siempre le
habían humillado.
«No entiendo cómo te fuiste...Y no entiendo por qué
la mitad del mundo aún esta llorando, cuando la otra mitad también sigue
llorando. No lo puedo entender. Yo digo, si tuvieras un gato por un día,
pero de verdad lo quisieras tener por 365 días, ¿no? Pero no puedes, y lo
tienes sólo un día. Pues yo te digo que más vale que ese único día sea toda tu
vida. Porque, oh bueno, puedes llorar por los otros 364 días, pero vas a perder
ese único día, y eso es todo lo que tienes. Tienes que llamar a esto amor.
Eso es lo que es. Y si lo tienes hoy, ya no lo quieres mañana, porque ya no lo
necesitas, porque, a decir verdad y como descubrimos a lo largo de la vida, el
mañana nunca sucede. Siempre es el mismo puto día...»
De
“Ball and Chain”.
Su última noche, abandonada de quienes quería, borracha
tras beber con los miembros de su banda tras una grabación, se marchó a su
habitación abastecida de la heroína más pura que le obsequió un amigo. Abrió
una botella de whisky y continuó bebiendo tumbada en la cama. Más tarde se
cocinó algo de la droga regalada y se la inyectó con mano temblorosa… cinco
minutos más tarde, estaba muerta… aunque no la encontraron hasta dieciocho
horas después. Pero allí no hallaron ninguna prueba, pues, misteriosamente, no
se descubrieron ni drogas, ni jeringas, ni nada que pudiera dar una evidencia
de la causa de su muerte…
«Aquí
estoy, amigo, para celebrar una fiesta, la mejor posible mientras viva en la
tierra. Creo que ese es también tu deber.»
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