Crónicas desde el adriático - El fin del mundo - Ángeles Sánchez - Febrero 2012
Crónicas desde el adriático
El fin del mundo
Ángeles Sánchez - Febrero 2012
RAPSODIA
DE MERCUCIO A LA REINA MAB:
Ya
veo que te ha visitado la reina Mab,
la
partera de las hadas. Su cuerpo
es tan menudo cual piedra de ágata
en el anillo de un regidor.
Sobre la nariz de los durmientes
seres diminutos tiran de su carro,
que es una cáscara vacía de avellana
y está hecho por la ardilla carpintera o la oruga
(de antiguo carroceras de las hadas).
Patas de araña zanquilarga son los radios,
alas de saltamontes la capota;
los tirantes, de la más fina telaraña;
la collera, de reflejos lunares sobre el agua;
la fusta, de hueso de grillo; la tralla, de hebra;
el cochero, un mosquito vestido de gris,
menos de la mitad que un gusanito
sacado del dedo holgazán de una muchacha.
Y con tal pompa recorre en la noche cerebros de amantes,
es tan menudo cual piedra de ágata
en el anillo de un regidor.
Sobre la nariz de los durmientes
seres diminutos tiran de su carro,
que es una cáscara vacía de avellana
y está hecho por la ardilla carpintera o la oruga
(de antiguo carroceras de las hadas).
Patas de araña zanquilarga son los radios,
alas de saltamontes la capota;
los tirantes, de la más fina telaraña;
la collera, de reflejos lunares sobre el agua;
la fusta, de hueso de grillo; la tralla, de hebra;
el cochero, un mosquito vestido de gris,
menos de la mitad que un gusanito
sacado del dedo holgazán de una muchacha.
Y con tal pompa recorre en la noche cerebros de amantes,
y les
hace soñar el amor; rodillas de cortesanos,
y les
hace soñar reverencias; dedos de abogados,
y les
hace soñar honorarios; labios de damas,
y les
hace soñar besos,
labios
que suele ulcerar la colérica Mab,
pues su aliento está mancillado por los dulces.
pues su aliento está mancillado por los dulces.
A
veces galopa sobre la nariz de un cortesano
y le
hace soñar que huele alguna recompensa;
y a
veces acude con un rabo de cerdo por diezmo
y
cosquillea en la nariz al cura dormido,
que
entonces sueña con otra parroquia.
A
veces marcha sobre el cuello de un soldado
y le
hace soñar con degüellos de extranjeros,
brechas,
emboscadas, espadas españolas, tragos de a litro;
y
entonces le tamborilea en el oído, lo que le asusta
y
despierta; y él, sobresaltado, entona oraciones
y
vuelve a dormirse. Esta es la misma Mab
que de noche les trenza la crin a los caballos,
y a las desgreñadas les emplasta mechones de pelo,
que, desenredados, traen desgracias.
Es la bruja que, cuando las mozas yacen boca arriba,
las oprime y les enseña a concebir
que de noche les trenza la crin a los caballos,
y a las desgreñadas les emplasta mechones de pelo,
que, desenredados, traen desgracias.
Es la bruja que, cuando las mozas yacen boca arriba,
las oprime y les enseña a concebir
y a
ser mujeres de peso.
Mercucio
Romeo y Julieta
W.Shakespeare.
"¿Dices
qué es tierno el amor?
Es
demasiado duro, áspero y violento,
y
pincha como el espino."
Romeo
Romeo y Julieta
W.Shakespeare
No sé si es el aire,
si es el agua o si son las sobredosis de cafeína y azúcar. El
tema es que aquí nos hemos visto obligados a desarrollar un
nuevo método de judgar a las personas. Sí, sí. Aquí no hay altos, no
hay feos. No somos estudiosos ni somos fiesteros. Ni buenos, ni malos.
Es todo más sintético. Más simple. Aquí o vas hasta los topes de
hormonas, y lo demuestras, o de igual modo vas sobrehormonado, pero por alguna
razón implícita en los buenos modales lo intentas ocultar.
Y andando cada cual a
su rollo, con más prejuicios, con menos disciplina o con más dosis de
ñoñería/encoñamiento, acabamos todos encontrándonos en el mismo
camino. Somos como borregos. Sí, los Erasmus somos ovejitas perdidas en donde
yo lo llamo: el fin del mundo. Y dentro de ese rebaño de ovejitas, hay un
gran sector de ovejas negras: Los españoles.
¿Y por qué pululamos en el fin del
mundo? Porque da la sensación de que aquí no exista el mañana. La gran ley
Erasmus no es otra que: No dejes para mañana lo que puedas sentir
hoy. Si te enfadas, te enfadas a lo bestia. Si te cae mal alguien, a lo
grande. Si te encoñas, bueno si te encoñas no es que mañana se acabe el mundo,
es que probablemente tu mente asocie la situación a un posible cataclismo
natural Maya que ocurrirá en pocas horas. Y claro, tienes que hacer todo lo
posible para conseguir al objeto de tu obsesión lo antes posible. Esa misma
noche, los 5 meses que quedan por delante no son suficientes. Y evidentemente,
si la cagas, si te rechazan, es el peor bad romance de tu existencia.
Algo que redundará en tu historia por los siglos de los siglos. Algo
poético: "Oh, sí, lo entiendo, él es el amor de tu vida, la razón de
tu existencia, su amor te transporta al paraíso."
Y
así, nos dedicamos a ir creando nuevos cócteles molotov: Un ron-cola-cabreo
asegurado, Un vodka sex on the beach, Un tequila depresivo, Un enamoramiento
con un chorrito de whisky. Va a días. Y con ellos, llegan los
desvaríos. Los penosos; "no soy lo suficientemente buena para él",
"ella no me quiere como yo a ella", "Esa zorra solo quiere
fastidiarme porque sabe que me gusta" o "¿Por qué me mira mal el tipo
ese?" Un sin fin de paranoias que soltamos debido a la
embriaguez que al día siguiente nuestro estado más lúcido y sobrio no sabría
explicar ni haciendo un croquis.
Pero lo peor no es eso. Si al día
siguiente no podemos explicarlo es porque muchas de las tonterías que sentimos,
no se acaban cuando se acaba el pedo. No. Siguen y siguen. Y cuando crees que
lo has olvidado ¡ZAS! Te encuentras en el doppio zero tomando un capuchino
y pensando en que cinco meses no son suficientes para odiar tanto como te
gustaría a esa persona. Ni son suficientes para dar todo tu amor a otra. Otra
persona, la cual no sabe ni que existes, como tiene que ser, no hay otra. Por
que claro, aquí se lleva lo de ser patético en el amor. No existen los amores
verdaderos. Si tienes suerte, encontrarás una pareja que te dure todo el Erasmus
y que finalizará con él, si no, irás de flor en flor, hoy me gusta uno/a,
mañana me gusta otro/a y así, hasta que se acabe el tiempo. Lo normal será que
tú también le gustes a algunos. Los cuales, pobres, también se equivocan al
elegirte.
Las cosas son así, todo espeso como el
chocolate. Como decía Camilo Sexto: "Siempre me voy a enamorar de
quien de mi no se enamora"
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