PERSONAJES DE PAPEL: 13, rúe del percebe, por Fe,Li.Pe. – Agosto 2012




Si hay un cómic que se cimente en la vida cotidiana de la masa popular española de los años sesenta y setenta desarrollando los tópicos más característicos y sacando a la luz nuestros defectos más inconfesables, todo bajo el prisma del humor, ese es 13 Rúe del Percebe, la creación, sino más exitosa, sí memorable de Francisco Ibáñez.

Se rumorea que los antecedentes de esta historieta basada en los diferentes hechos acaecidos en un mismo edificio, cuya fachada está seccionada para poder otear en su interior, datan de allá por los principios del siglo XX, más en concreto se nombran a dos dibujantes de la historia de la viñeta como eran el español, filipino de nacimiento, Joaquín Xaudaró y Echau, con su Una casa en Nochebuena, y el norteamericano Will Eisner, quien en su serie The Spirit, dibujó una School for girls. Sin embargo parece que la inspiración para tal obra le llegó más cercano, tanto en el tiempo como en la distancia, pues se ubica su procedencia de una página del ingenioso Vázquez, quien tuvo esa misma idea en su revista Pulgarcito, más concretamente en la página Un día en Villa Pulgarcito donde aparecen todos los personajes de su colección en diferentes habitaciones y plantas del edificio. Pero sea como fuere, lo que sí podemos asegurar es que la primera historieta de 13 Rúe del Percebe vio la luz un 6 de marzo de 1961 en la revista Tío Vivo hasta el cierre de la misma acaecido en 1970. Durante todos estos años la mayor parte de las historietas fueron firmadas por Ibáñez, sin embargo, por diversas causas, en algunas ocasiones aparecieron los nombres de otros dibujantes como Joan Bernet Toledano o Juan Martínez Osete. A partir de este momento fueron apareciendo distintas recopilaciones, junto con algunas novedades, en Colección Olé, Magos del humor, Súper Humor o la muy celebrada colección alemana Ausgeflippt – Fischstrasse 13 – irre Typen, heisse Sprüche.

13, Rúe del Percebe consiste en una macroviñeta que ocupa toda una página, aunque en algunas ocasiones se ha salido de este esquema y ha ocupado dos páginas. Para la realización de las historietas, Ibáñez usaba una plantilla con forma de edificio e iba desarrollando sobre ella la serie de chistes, en apariencia aislados e independientes de unos personajes encasillados e inmutables en sus roles. En cambio, a lo largo del tiempo, las viñetas se interrelacionan y las historias se cruzan creando así una red de hechos cómicos entrelazados entre los vecinos. Todo esto hace que el lector se vaya creando las diferentes imágenes arquetípicas de los personajes, sintiendo cercanos sus problemas y resultando familiares sus distintas personalidades, lo que produce el resultado de una atracción hacia estas historietas que le dieron su gran popularidad, a pesar de que a su creador le causaban una insoportable sensación de enclaustramiento, según él mismo confesó.

Pero conozcamos a sus personajes y sus variopintas y peculiares personalidades y nada mejor que comenzar por la planta baja, donde nos encontramos con Don Senén, el dueño de la tienda de ultramarinos, persona desconfiada y taimada que siempre está maquinando diferentes maneras de engañar a sus clientes tanto en el peso como en la calidad de su género, aunque no sale victorioso con demasiada frecuencia:



Cercana a éste se encuentra la cotilla de la portera quien controla todas las idas y venidas del vecindario así como sus vidas privadas, una mujer mayor con moño, chal, delantal, falda oscura y su eterna escoba:


Frente a la portería, dentro de una alcantarilla que parece ser le fue alquilada por la dueña de la pensión, vive Don Hurón, un hombre que siempre está contándole a todo que quiera escucharle, los problemas que le acarrea la continua caída de transeúntes despistados que aterrizan dentro de su vivienda o sus peleas continuas con las ratas que intentan ocupar su hogar:
Si ascendemos al primer piso encontraremos a la izquierda a un veterinario bastante incompetente que tiene una clientela de lo más peculiar:
Y a la derecha tiene su negocio la mezquina dueña de la pensión, un lugar superpoblado de pobres inquilinos estafados:
En el segundo piso habita una anciana muy estirada que es miembro de la Sociedad Protectora de Animales, por lo que siempre tiene alguna mascota acompañándole, lo que suele ser más causa de problemas que de satisfacciones:


Y en la vivienda contigua tenemos diferentes historias, pues al inicio vivía un profesor loco especialista en la creación de monstruos tipo Frankenstein, pero como la censura franquista dijo que eso era imposible porque sólo Dios podía crear vida, fue echado del edificio:


Con la vivienda vacía, hubo un periodo en que le tocó a la portera encontrar alguien interesado en comprarla, siempre buscando un excesivo beneficio de un local bastante abandonado:


Para al final quedárselo un sastre bastante penoso y con mucha cara dura quien fabricaba trajes más monstruosos que el primer inquilino:


Pero ascendamos al tercer piso donde nos encontraremos con Ceferino Raffles, un ladró de lo más torpe quien siempre está robando cosas inútiles, lo que trae de cabeza a su esposa:
El apartamento contiguo está ocupado por una señora y sus insoportables hijos, quienes, al principio, compartían aventuras con una hermana mayor que buscaba novio infatigablemente que ellos se encargaban de espantar:


Pero posteriormente la joven desapareció, tal vez con su príncipe azul, por fin, y los dulces angelitos se dedican a hacerle la vida imposible a su madre o a los vecinos:
Y por fin llegamos a la buhardilla, donde vive Manolo, un pintor acosado por los acreedores a quienes intenta dar esquinazo con bastante ingenio y desvergüenza:


Finalmente encontramos los personajes secundarios, como el gato de la azotea continuamente perseguido y maltratado por un ratón malvado, o la araña de la escalera que se disfraza de diferentes formas e incluso el vetusto ascensor al que se le practican soluciones diversas:
Y tampoco debemos olvida que Ibáñez utilizó otros personajes como Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio o Mortadelo y Filemón en alguna de sus viñetas a modo de artistas invitados:
Muchos de estos personajes dieron el salto a la gran pantalla apareciendo en la película La gran aventura de Mortadelo y Filemón, siendo el edificio 13 Rúe del Percebe la vivienda de la madre de Filemón:

En el 2010 la marca La Casera utilizó esta casa y sus inquilinos para publicitar su bebida en un anuncio dirigido por Javier Fesser, el mismo director de la película antes mencionada:

Y como influencia más evidentes tenemos el ejemplo de la superconocida serie Aquí no hay quien viva que, se dice, tomó como modelo tanto en los personajes como en el edificio, el 21 de la Calle Desengaño, sin embargo tanto el autor como los diferentes responsables de la serie negaron toda conexión…:

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