LOS CLÁSICOS DIVERTIDOS: Greguerías, por Ancrugon - Octubre 2012
Cisnes que se reflejan como elefantes |
Se
dice que las greguerías fue un invento de Ramón Gómez de la Serna, un escritor
y periodista madrileño que militó en la vanguardia intelectual española allá
por la primera mitad del siglo XX, incluyéndolo los estudiosos en la generación
del 14, también conocida como Novecentismo… Y seguramente me diréis, ¿y lo
metes entre los clásicos?... Y yo os responderé, ¿y por qué no?... pues, que yo
sepa, esa calificación no se refiere a limitación temporal alguna, ya que la
palabra clásico viene del latín classicus y significaba “perteneciente a una
clase, en particular superior a otras por algo digno de imitar”, por lo que
cuando calificamos a alguien como clásico, no es que sea antiguo ni
trasnochado, sino sublime y utilizable como modelo y, os lo aseguro, Ramón Gómez
de la Serna lo era.
Volviendo
a las greguerías, el mismo Ramón las definió con una sencilla fórmula
matemática: “Humor + Metáfora =
Greguería”. Otros, sin embargo, lo complican más y dicen que son “aforismos que constan, generalmente, de una
sola frase y que se refieren, de forma aguda y original, a pensamientos
pragmáticos, filosóficos o de cualquier índole”… ¿Lo veis?... ahí radica la
diferencia entre alguien digno de imitar y otros que ¡ya les vale!, y ello es la
sencillez. ¿Quién ha dicho que el arte esté reñido con lo humilde?...
Pues
el caso es que, siguiendo la definición de Ramón, la greguería surge cuando se
nos ocurren comparaciones ingeniosas sobre las cosas reales…, así, sin más, por
lo que cualquiera puede hacer una greguería en cualquier momento, y de hecho
las hacemos constantemente porque, ¡bueno está todo como para no tirar de la
ironía!... El caso es que deberíamos analizar un poco esta fórmula, para
quienes no tienen demasiado claro los conceptos, claro... El primer elemento es
el “humor”, cuya definición más acertada podría ser: “disposición en que alguien se halla para hacer algo”, aunque esto
es muy ambiguo, pero no tanto, porque si decimos que estamos de ‘buen humor’, indicamos
que nos encontramos en una propensión más o menos duradera para mostrarnos
alegres y complacientes”… Bien, ¿no? Sin embargo, cuando proclamamos que
estamos de ‘mal humor’ la cosa cambia, porque entonces tenemos “una actitud o disposición negativa o
irritada”, y que conste que las definiciones las he sacado del Diccionario
de la Real Academia, el cual está elaborado por personas muy serias y sesudas…
Pero me da a mí en la nariz, órgano olfativo que también, a veces, nos informa
de las malas o buenas vibraciones, que nuestro querido Ramón no iba por ahí,
sino más bien en lo comprendido en otra definición, a saber, “jovialidad o agudeza”, en las que,
según cuentan, nuestro amigo no andaba escaso. En conclusión, Ramón quería
reírse y hacer reír o, por lo menos, sacarnos alguna sonrisa.
Ahora
pasemos al segundo sumando, es decir, a la metáfora que, aunque su nombre suene
a latinajo, más bien viene del griego: (μεταφορά, formado a partir de la preposición μετά, metá, «más
allá, después de», y el verbo φορεῖν, phorein, «pasar, llevar»), es
decir, “llevar más allá”. Pues bien,
creo que está claro y, para ello, pondré una demostración que utilizaba uno de
mis profesores: “Si decimos, ‘tus dientes
son como perlas”, estamos comparando los dientes con las perlas por
diferentes razones, blancura, dureza, etc. Eso es una comparación. Sin embargo,
cuando decimos, “las perlas de tu boca”,
hemos sustituido el elemento real por el figurado, pero seguimos refiriéndonos
a los dientes; eso es una metáfora.” Sencillo, ¿no?
Entonces,
ya lo tenemos claro: Una greguería es una comparación figurada con intención de
hacernos reír… o por lo menos pensar, porque tanto en el humor como en las
metáforas hay mucha sabiduría escondida… ¿Y cómo nació?, pues el mismo Ramón
nos lo explica: “nació aquel día de
escepticismo y cansancio en que cogí todos los ingredientes de mi laboratorio,
frasco por frasco, y los mezclé, surgiendo de su precipitación, de su
depuración, de su disolución radical, la greguería. Desde entonces la greguería
es para mí la flor de todo, lo que queda, lo que vive, lo que surge entre el
descreimiento, la acidez y la corrosión, lo que resiste todo.” “Lo que resiste
todo”… curioso… curioso. Tal vez dio con la fórmula mágica, esa que andamos
buscando desde el inicio de los tiempos… Y es que, mientras sepamos reír…
Y
seguramente os preguntaréis por el origen de la palabreja, “greguerías”, porque debe tener su sentido, ¿no?, debe significar
algo relacionado con el concepto… Pues lo mismo, dejemos que sea el autor quien
nos lo explique: “¿Qué por qué se llaman
Greguerías? Al encontrar el género me di cuenta de que había que buscar una
palabra que no fuera reflexiva ni demasiado usada, para bautizarle bien.
Entonces metí la mano en el gran bombo de las palabras y al azar, que debe ser
el bautizador de los mejores hallazgos, saqué una bola… Era “greguería”, aún en
singular: pero yo planté esa bolita y tuve un jardín de greguerías. Me quedé
con la palabra por lo eufónica y por los secretos que tiene en su sexo.
Greguería, algarabía, gritería confusa. (En los anteriores diccionarios
significaba el griterío de los cerditos cuando van detrás de su mamá.) Los que
gritan los seres confusamente desde su inconsciencia, lo que gritan las cosas.”
Pero
abandonemos la palabrería y vayamos a lo que interesa. En la recopilación que
sigue, no están ni mucho menos todas las ocurrencias de Ramón Gómez de la
Serna, quien, seguramente, allá donde esté, seguirá creando greguerías a costa
de ángeles o diablillos, pero sí que nos dará una idea de lo que hemos querido
decir. Leerlas despacio, jugando con el autor a sus travesuras comparativas e
irónicas y, sobre todo, ¡disfrutadlas!
P.D.:
No quiero que se me olvide, las fotografías, excluyendo la del autor, son sobre
cuadros de Salvador Dalí, el magnífico pintor surrealista de Cadaqués, las
cuales, por lo menos a mí, me parecen verdaderas greguerías en imagen.
SELECCIÓN DE GREGUERÍAS
DE RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
Como daba besos lentos, duraban más sus
amores.
La morcilla es
un chorizo lúgubre.
Entre los carriles de las vías del tren,
crecen flores suicidas.
Trueno: caída de
un baúl por las escaleras del cielo.
El agua se suelta el pelo en las
cascadas.
Si te conoces
demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.
Aquel tipo tenía un tic, pero le
faltaba un tac; por eso no era un reloj.
La ópera es la
verdad de la mentira; el cine es la mentira de la verdad.
Roncar es tomar ruidosamente sopa de
sueños.
Las espigas
hacen cosquillas al viento.
El gran masturbador |
En
el río pasan ahogados todos los espejos del pasado.
La O es la I después
de comer.
Vivir
es amanecer.
El pez más difícil de pescar el jabón
dentro del baño.
Cuando
el niño se empeña en que conozcamos el tamaño de su chichón parece que nos presenta
orgullosamente el brote del genio.
Cuando una mujer te plancha la solapa
con la mano ya estás perdido.
Los
tornillos son clavos peinados con raya en medio.
Las primeras gotas de la tormenta bajan
a ver si hay tierra en que aterrizar.
Cuando
la mujer pide ensalada de frutas para dos, perfecciona el pecado original.
Cuando el violinista se presenta con el
violín colgado de la mano es como el ginecólogo con el niño que acaba de nacer.
La persistencia de la memoria |
En
la manera de matar la colilla contra el cenicero se reconoce a la mujer cruel.
El Coliseo en ruinas es como una taza
rota del desayuno de los siglos.
El
arco iris es la cinta que se pone la Naturaleza después de haberse lavado
la cabeza.
El ciego mueve su blanco bastón como tomando
la temperatura de la indiferencia humana.
Aquella
mujer me miró como a un taxi desocupado.
Los grandes reflectores buscan a Dios.
Las
violetas son actrices retiradas en el otoño de su vida.
Los que bajan del avión parecen salir
del Arca de Noé.
Los
presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.
Tan impaciente estaba por tomar el taxi,
que abrió las dos portezuelas y entró por los dos lados.
Niño mirando el nacimiento del nuevo hombre |
Los
recuerdos encogen como las camisetas.
Las flores que no huelen son flores
mudas.
El
que toma el refresco con dos pajas parece que toca la doble flauta de Pan.
Las latas de conserva vacías quedan con
la lengua de hojalata fuera.
El
único recuerdo retrospectivo que le queda al día es ese ruidito que hace el
despertador cuando pasa por la misma hora en que sonó la última vez.
Lo más difícil de digerir en un banquete
es la pata de la mesa que nos ha tocado en suerte.
La
escritura china es un cementerio de letras.
La cebra el animal que luce por fuera su
radiografía interior.
Estamos
mirando el abismo de la vejez y los niños vienen por detrás y nos empujan.
Lo más aristocrático que tiene la
botella de champaña es que no es consciente que se le vuelva a poner el tapón.
Galatea de las esferas |
La
faja del nene es la primera venda de la vida.
Los cocodrilos están siempre en pleno
concurso de bostezos.
La
arrugada corteza de los árboles revela que la Naturaleza es una
anciana.
La T es el martillo del abecedario.
El
búfalo es el toro jubilado de la prehistoria.
El bebé se saluda a sí mismo dando la
mano a su pie.
A
las doce las manillas del reloj presentan armas.
Al sentarnos al borde de la cama, somos
presidiarios reflexionando en su condena.
Cuando
la mujer se quita una media parece que va a mirarse una herida.
Las gaviotas nacieron de los pañuelos
que dicen !adiós! en los puertos.
Caretas |
Los
ceros son los huevos de los que salieron las demás cifras.
Lo peor de los pobres es que no pueden
dar dinero.
La
noche que acaba de pasar se va al mismo sitio en que está la noche más antigua
del mundo.
El Pensador de Rodin es un ajedrecista
al que le han quitado la mesa.
Genio:
el que vive de nada y no se muere.
Los pinguinos son unos niños que se han
escapado de la mesa con el babero puesto.
La
Y es la copa de champaña del alfabeto.
El espantapájaros semeja un espía
fusilado.
Lo
que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales,
mientras que lo que pierde a los hombres es que creen que todas las mujeres son
diferentes.
El amor nace del deseo repentino de
hacer eterno lo pasajero.
La aldea paranoica |
Los
que matan a una mujer y después se suicidan debían variar el sistema:
suicidarse antes y matarla después.
Los globos de los niños van por la calle
muertos de miedo.
¿Y
si las hormigas fuesen ya los marcianos establecidos en la Tierra?
La gallina está cansada de denunciar en
la comisaría que le roban los huevos.
Lo
peor del loro es que quiera hablar por teléfono.
Eso de creer que el loro no sabe lo que
dice es no querer ofender, pero el loro nos mira cuando nos insulta.
Respetamos
ese insecto que se pasea por el frutero porque es el que ha becado el campo
para que vea la ciudad.
El sueño es un depósito de objetos
extraviados.
El
que está en Venecia es el engañado que cree estar en Venecia. El que sueña con
Venecia es el que está en Venecia.
Los recuerdos encogen como las
camisetas.
El mercado de los esclavos |
Al
ver el anuncio de "6 vueltas" en el aparato de feria nos ha parecido
que la vida no es más que eso, "X vueltas".
No hay que tirarse desde demasiado alto
para no arrepentirse por el camino.
La
prisa es lo que nos lleva a la muerte.
En cada día amanece todo el tiempo.
El
más sorprendido por la herencia es el que tiene que dejarla.
Por los ojos nos vamos de la vida.
Nos
sorprende ver en la tienda de antigüedades la taza en que tomábamos el café con
leche cuando éramos niños.
Es sorprendente cómo se mete la fiebre
en el tiralíneas del termómetro.
Astrónomo
es un señor que se duerme mirando las estrellas.
La medicina ofrece curar dentro de cien
años a los que se están muriendo ahora mismo.
Tres esfinges de Bikini |
En
lo que más avanza la civilización es en la perfección de los envases.
Un país donde los que juegan al toro
siempre encuentran quien haga de toro es un país paradójico progresivo.
La
historia es un pretexto para seguir equivocando a la humanidad.
En las grandes solemnidades llenas de
personajes uniformados parece que hay algunos repetidos.
Me
gustaría pertenecer a esa época del futuro en que la historia tendrá doscientos
tomos, para ver cómo se la aprenderán los niños.
No importa que nuestro vaso sea pequeño,
pues lo importante es que la botella esté llena.
No
debemos ser cómplices ni de nosotros mismos.
A un mentiroso sólo lo cura un sordo.
La
popularidad es que nos conozcan los que no conocemos.
El lector -como la mujer- ama más a
quien le ha engañado más.
El desaparecido busto de Voltaire |
Al
cine hay que ir bien peinado, sobre todo por detrás.
No hay nada que desoriente tanto como un
número de teléfono que hemos apuntado y que no sabemos a quién pertenece.
Hay
tipos a los que es tan difícil sacarles una idea de la cabeza como el tapón que
se ha hundido en la botella.
La mujer se limpia con un pañuelito muy
chico los grandes dolores y los grandes catarros.
Al
abrir un libro recién encuadernado suena como si tuviera un reuma articular.
Lo peor de los médicos es que le miran a
uno como si uno no fuera uno mismo.
Los
caballeros con gola llevaban la cabeza servida en un frutero.
Vivir es amanecer.
Al
caer la estrella se le corre un punto a la media de la noche. (media=
stocking/hose)
La felicidad consiste en ser un
desgraciado que se sienta feliz.
Alegoría de la seda |
La
lechuga es toda enaguas.
Principio de primavera: un niño solo en
todo el “tío vivo”.
Las
estrellas trabajan con red. Por eso no se cae ninguna sobre nuestra
cabeza.
Los que juegan al aro corren detrás del
reloj sin cifras.
Los
paraguas están de luto por las sombrillas desaparecidas.
Después de usar el dentífrico nos
miramos los dientes con gesto de fieras.
Cuando
está el armario abierto, toda la casa bosteza.
Abrir un paraguas es como dispara contra
la lluvia.
El
que pide un vaso de agua en las visitas es un conferenciante fracasado.
Al oír la noticia se desmayó el sofá.
Leda atómica |
El
peine es pentagrama de ideas muertas.
¡Qué tragedia! Envejecían sus manos y no
envejecían sus sortijas.
La
herencia es un regalo por el que hay que dar mucha propina.
Lo peor de la ambición es que no sabe
bien lo que quiere.
Mete
tanto ruido una cucharilla al caer porque es el niño de los cubiertos el que se
ha caído.
Botella: sarcófago del vino.
Los
cigarros son los dedos del tiempo que se convierten en ceniza.
La timidez es como un traje mal hecho.
El
sostén es el antifaz de los senos.
La guillotina fue la máquina de afeitar
que inventó la Revolución francesa.
La crucifixión hipercúbica |
La
idiosincrasia es una enfermedad sin especialista.
Las criadas se exceden en el esmero de
encerar los pisos para ver si así se resbalan y se matan sus señores.
Un
tumulto es un bulto que les sale a las multitudes.
La pulga hace guitarrista al perro.
El
tiempo sabe a agua seca.
Las serpientes son las corbatas de los
árboles.
El
café con leche es una bebida mulata.
El ventilador afeita la barba al calor.
Los
cocos tienen dentro agua de oasis.
Si os tiembla la cerilla al dar lumbre a
una mujer, estáis perdidos.
Molinos de viento |
Era
tan mal guitarrista, que se le escapó la guitarra con otro.
El pez está siempre de perfil.
La
aurora siempre se sorprende de vernos aún vivos.
El mapamundi nos sirve el mundo como un
par de huevos fritos.
La
amnistía es la amnesia del delito.
El antropófago es el consumidor que se
come al consumidor.
El
elefante es la enorme tetera del bosque.
Cada estornudo apaga una velita de
nuestros futuros cumpleaños.
La
crítica suele ser un impuesto que falsos agentes de la autoridad imponen al
libro.
El lápiz sólo escribe sombras de
palabras.
Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada |
Bajo
el árbol no llueve mientras llueve, pero comienza a llover después de que ha
llovido.
El ascensor está lleno de seriedad.
Hay
árboles que dan gritos verdes.
El pulpo es la mano que busca el tesoro
en el fondo del mar.
Hay
unos potentes gemelos de carreras que empujan al caballo que quieren que gane.
Golondrina: bigotes postizos del aire.
Lo
malo es que al final se desnuca la vida.
Algo se juega uno al echar los dados de
hielo en el vaso.
En
los conciertos debían registrar a la entrada para que no dejasen pasar ninguna
tos de contrabando.
Tocar la trompeta es como beber música
empinando el codo
Crucifixión |
El
gato se hace el muerto para que lo dejen dormir la siesta
Los nudistas llevan en la mano un diario
por si llega una visita
Cuando por los altavoces anuncian que se ha perdido un niño, siempre pienso que ese niño soy yo.
El epitafio es la última tarjeta de
visita que se hace el hombre
La
luna es el ojo de buey del barco de la noche.
Lo más importante de la vida es no haber
muerto.
La
Zeta es un siete que oye misa
Las bellotas nacen con huevera
Las
golondrinas son los pájaros vestidos de etiqueta
Intenté suicidarme, y casi me mato
La última cena |
La
B es el ama de cría del alfabeto
El cisne es la S capitular del poema del
estanque
Nunca
es tarde si la sopa es buena
Al calvo le sirve el peine para hacerse
cosquillas paralelas.
El
6 es el número que va a tener familia.
A los presos los visten con pijamas a
rayas para ver si vestidos de rejas no se escapan.
La
merluza es un pescado hecho de rodajas.
La ü con diéresis es como la letra
malabarista del abecedario.
La
sandalia es el bozal de los pies.
La morcilla es una transfusión de sangre
con cebolla.
Mi mujer desnuda contemplando su propio cuerpo convirtiéndose en escalera, tres vértebras de una columna, cielo y arquitectura |
Las
costillas del esqueleto son como una jaula rota de la que se ha escapado el
pájaro.
Al ombligo le falta el botón.
Los
bostezos son oes que huyen.
El rebuzno es la sirena silvestre del
campo.
La
jirafa es una grúa que come hierba.
La mariposa lleva a su gusano de viaje.
Los
mejillones son las almejas de luto.
Las hojas secas preparan la tila del
otoño.
El
musgo es el peluquín de las piedras.
Los rosales son poetas que quisieron ser
rosales.
ResponderEliminarandres (sábado, 12. enero 2013 18:25)
excelente
ResponderEliminarSara Bolumar Gómez (jueves, 02. mayo 2013 16:00)
El amor es como el metro , los que están fuera quieren entrar y los que están dentro quieren salir.
ResponderEliminarpatricia sanahuja ferrer (jueves, 02. mayo 2013 17:13)
-El despertador es el asesino de los sueños.
-Las nubes son como un gran puesto de algodón de azúcar