CRÉEME, ESTOY MINTIENDO: Capítulo I. Recuerdos, por Ángeles Sánchez - Octubre 2012
Párate
sólo 5 minutos…
Cierra
los ojos y dedícate sólo a pensar, a recordar…
Respira
hondo, relájate. Deja que todo fluya. Sin más…
Ahora
escoge un recuerdo, uno que te haga feliz. No tiene por qué ser el más feliz de
tu vida, ni el más importante, solo un recuerdo feliz. Siente como si lo
volvieras a vivir y hazlo real dentro de ti…

El
viento azotaba mi cabello semi-recogido con una coleta ya bastante despeinada,
pero no importaba…no teníamos que estar perfectos en ningún momento. Vivíamos
sumergidos en un mundo de fantasía aparentemente inmortal.
Yo
podía ser la princesa guerrera que protegiera el fuerte del malvado marajá,
saltando entre las piedras del antiguo castillo… O podía ser una exploradora de
las más oscuras selvas, siempre prevenida contra el malvado cazador de animales…
Siempre vivamos en busca de secretos ocultos. No importaba quiénes fuéramos o
qué quisiéramos ser.
Entonces
los colores, las formas y los sonidos tenían connotaciones totalmente
distintas. Una piedra podía convertirse en mi arma secreta. El resol que se
colaba tras las hojas de los árboles; la llave para abrir la puerta con forma
de oso de la cueva escondida… Y durante las horas de clase inventábamos nuevas
contraseñas para acceder a los pasadizos secretos del torreón. Y así día tras
día…
Entonces,
cuando llegaba la noche, cogía un folio en blanco y dibujaba aquellos únicos
paraísos iluminados, cargados de color y de formas de vida diferentes. Todo lo que
mi cabeza y mi imaginación daban de sí.
Lo
malo de esos pensamientos es que continúan vagando entre recuerdos de antaño y
algunos más recientes. Protagonistas de mis mejores escenas de niñez retoman
sus papeles en el presente, entrelazando momentos felices y no tan felices.
Ahora maldigo mis memorias:
¿Por
qué hoy?...
¿Por
qué no ayer?...
¿O
la semana pasada?...
¿Por
qué ahora soy capaz de cerrar los ojos y ver tu cara perfecta?...
¿Por
qué en este instante puedo escucharte?...
¿Cómo
es posible esta sensación hipnótica?...
Es
como si estuvieras a mi lado…
Como
si de un gran amor se hubiera tratado. Te siento extrañamente cerca, ahí en un
rinconcito de mi cabeza que parece que hasta este momento haya estado dormido y
de pronto alguien o algo lo haya despertado. ¡Puf! Sin previo aviso. No estabas
y de pronto apareces como de la nada, con tus ojos siempre llenos de vida, tus
dientes alineados, tus finos labios y tu suave piel. En un contexto puramente
angelical, como venido del cielo, salido de la nada. Extraviado en mis
pensamientos sin un por qué. Sin razón. Simplemente apareces en mi mente y
haces que se me corte la respiración. Se me encoge el estomago con solo
recordar una caricia tuya o una leve respiración. Un beso, tierno y pasional.
Un abrazo ligero pero protector. Una carcajada sincera y picara. Simplemente
estás. Y no estás, pues solo mi mente te retiene…
¿Dónde
estarás de verdad? ¿Con quién? ¿Qué harás? ¿Recordarás mi pelo, mi piel, mis
ojos o mi voz? ¿O no signifiqué nada para ti?...
Aún
así, no cambio nada. Por mucho que a día de hoy pensarte me retuerza el
estomago y arrebate la cordura no deja de ser mi pensamiento feliz del día. Y
¿quién sabe? Puede que el más feliz y real de una infancia un tanto cruel.
Comentarios
Publicar un comentario