PERSONAJES DE PAPEL: Mafalda, por Fe.Li.Pe. – Septiembre 2012
Este próximo
sábado, 29 de septiembre de 2012, será el aniversario de una niña muy especial.
Argentina de nacimiento y colocada por su creador en el seno de una familia de
clase media de las de entonces, nos deleitó, durante casi nueve años, desde las
tiras, primero de la revista Primera Plana de Argentina y después desde
cualquier rincón del mundo, en las que nos dejaba el regalo de sus comentarios
mordaces, de su ironía, de su humor, de su ingeniosa irreverencia, pero, sobre
todo, de sus verdades profundas e imperecederas que nos hacían reflexionar
sobre tantas cosas. Mafalda, nombre sacado de una escena de la novela Dar la cara, de David Viñas, donde
aparecía un bebé con ese nombre, no ha envejecido nada en estos cuarenta y ocho
años que han pasado desde su primera aparición, ni tampoco sus ironías y
protestas contra una sociedad injusta han perdido un ápice de interés, pues a
pesar de las evoluciones, los cambios y el paso del tiempo, la iniquidad, la
desvergüenza, la indecencia y el despotismo, por nombrar sólo unas pocas
características de las muchas poseídas por los personajillos que nos ha tocado
soportar desde que el hombre es hombre,
siguen igual que siempre, incluso más perfeccionadas, como más en forma…
El padre de la
criatura, el dibujante, humorista gráfico y librepensador Joaquín Salvador
Lavado Tejón, argentino de ascendencia andaluza más conocido como Quino, nos
dejó estas palabras sobre el origen de la muchachita: “En realidad Mafalda iba a ser una historieta para promocionar una
nueva línea de electrodomésticos llamada Mansfield. La agencia Agnes Publicidad
le encargó el trabajo a Miguel Brascó, pero como él tenía otros compromisos, me
lo pasó a mí. Esto fue en 1963. Pero la campaña nunca se hizo, y las ocho tiras
que dibujé quedaron guardadas en un cajón. Hasta que al año siguiente Julián
Delgado, secretario de redacción de Primera Plana, me pidió una historieta.
Entonces rescaté esas tiras, y bueno, ahí empezó todo.”
Mafalda siempre
ha estado muy preocupada por todos los problemas que acosan a la humanidad, por
la paz mundial, por la naturaleza y representa a una juventud progresista que
se rebela contra el mundo legado por sus mayores, representando al idealismo, a
la utopía, a todos aquellos que todavía confían en poder hacer un mundo mejor
de este circo en el que gastamos nuestra existencia, por ello, al mismo tiempo,
también es pesimista, sobre todo cuando reflexiona sobre alguna circunstancia
sociopolítica. En sus palabras se reflejan las inquietudes sociales de los años
sesenta del pasado siglo, pero, como he dicho antes, no han perdido nada de
frescura porque pueden ser utilizadas en la actualidad, pues sus críticas y
denuncias versan sobre la maldad, la incompetencia, la ingenuidad… y sufre por
las consecuencias de todo ello, como la desigualdad, el hambre, las guerras… De
hecho, ella es la voz del pensamiento nihilista de Quino, quien una vez nos
dejó esta frase: “Estoy convencido de que
si alguien no modifica un gen del hombre, éste desaparecerá a corto plazo.”
La primera tira
de Mafalda aparece el 29 de septiembre de 1962, fecha que su autor da como de
nacimiento oficial aunque ya estaba creada dos años antes. Ella fue creada con cuatro
años y, unos meses después, concretamente en marzo, ingresa en el jardín de
infantes, llegando hasta cuarto grado en los nueve años que perduró su
publicación. Era fan de los Beatles y del Pájaro Loco; odiaba la sopa, pero
adoraba los panqueques (una especie de crep de la cocina sudamericana);
incordiaba a los mayores a preguntas y les dejaba en evidencia con sus
reflexiones demasiado precoces para su edad. Su sueño era estudiar idiomas para
trabajar en las Naciones Unidas donde podría contribuir por la paz mundial.
Si comenzó en la
revista Primera Plana, posteriormente, 1965, fue publicada por El Mundo, uno de
los periódicos con más tirada de Argentina, y al año siguiente ya aparece en
varios rotativos, editándose el primer álbum de tiras. Con el cierre de El
Mundo y los problemas políticos, Mafalda se aleja un tiempo de la vida social,
pero vuelve seis meses después en el semanario Siete Días Ilustrados. El 25 de
junio de 1973, Quino decide poner fin a esta tira: “Me costaba mucho esfuerzo no repetir; sufría con cada entrega. Cuando
uno tapa el último cuadrito de una historieta y ya sabe cuál va a ser el final,
es porque la cosa no va. Y por respeto a los lectores y a mis personajes, y por
mi manera de sentir el trabajo decidí no hacerla más y seguir con el humor que
nunca dejé de hacer.”
Alrededor
de Mafalda se desarrolló todo un mundo de ricos personajes llenos de vida y
bastante diferentes entre sí. Primero tenemos la familia, que está compuesta
por el Papá, la Mamá y Guille, el hermanito.
PAPÁ: Trabaja
como corredor en una compañía de seguros. Es un hombre bastante íntegro,
ahorrador y algo conservador, sobre todo de cara a las nuevas tendencias
juveniles. Sufre en muchas momentos con las preguntas de su hija que le dejan
fuera de juego en más de una ocasión.
MAMÁ:
Siempre está ocupada con mil y un quehaceres caseros, pues, aunque inició
estudios universitarios y también tuvo ocasión de ser pianista profesional, lo
dejó todo para casarse y convertirse en una ama de casa tradicional, lo que su
hija le recrimina en cuanto puede. Es feliz tal como es y casi siempre echa
mano de sus consejos de humildad y sacrificio con los que intenta convencer a
Mafalda de que son la solución para todo.
GUILLE:
Personaje basado en el sobrino del autor. Es el único personaje que vemos
crecer a lo largo de las tiras y al principio se expresaba con dificultad y
luego va hablando perfectamente. Es bastante travieso, le gusta Brigitte
Bardot, llama “los viejos” a sus padres y le gusta la sopa, lo que asquea a su
hermana.
Luego
viene el grupo de amigos de Mafalda, Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y
Libertad, bastante peculiares todos y, como veremos, cada uno es reflejo de un
tipo diferente de persona:
FELIPE: De
cabello claro y lacio y con los incisivos superiores bastante sobresalientes,
es un muchacho una año mayor que Mafalda, pero mucho más ingenuo y simple y lo
juzga todo desde un punto de vista más acorde a su edad. Es soñador, está
enamorado de Muriel, aunque ella no se entera de su existencia, tímido,
perezoso y vive agobiado por las tareas del colegio. Le gusta leer El llanero
solitario, escuchar Los Beatles y jugar al ajedrez.
MANOLITO: (Manuel
Goreiro). Un niño de pelo cortado a cepillo sobre una cabeza cuadrada. Es hijo
de Don Manolo, propietario del almacén, es bastante materialista y ambicioso,
siendo como una imagen del capitalismo y una caricatura de los inmigrantes gallegos (españoles) que iban a
Argentina a enriquecerse con rapidez. La escuela es para él algo secundario,
pues lo más importante es el negocio de la familia y ayuda a su padre en la
tienda controlando todo. Es totalmente diferente al resto de la pandilla, pues
le gusta la sopa, odia a Los Beatles y a la moda de su tiempo. Su mayor
aspiración es arruinar a Rockefeller.
SUSANITA:
(Susana Clotilde Chirusi). Una niña rubia con el pelo lleno de bucles. Es muy
chismosa, parlanchina y vanidosa. Aunque ella no se da cuenta, agobia bastante
a sus amigos, quienes también le reprochan sus pensamientos racistas y su
desprecio por los pobres. Está obsesionada por la moda y por su aspecto físico.
Le gusta jugar a ser mamá y otras situaciones propias de los mayores. Está
enamorada de Felipe, pero éste no le hace caso, y odia a Manolito, a quien
considera burdo e ignorante. Su mayor aspiración es madre de familia numerosa y
rica.
MIGUELITO:
(Miguel Pitti). Es un año más pequeño que Mafalda y lleva el pelo como una
lechuga. Es soñador y fantasioso y siempre parece que esté en las nubes,
reflexionando sobre cosas absurdas. Es un tanto egoísta y, a veces, cruel,
incluso defensor de Benito Mussolini a causa de las ideas inculcadas por su
abuelo, aunque luego es bastante humilde y acepta las críticas de sus amigos.
LIBERTAD: Es muy
bajita, lo que se presta a comentarios con segunda intención, y bastante
revolucionaria, sobre todo contra el sistema establecido, siendo incluso más
liberal que Mafalda, quien tiene los pies más sobre el suelo, con quien siempre
está conversando de problemas sociopolíticos. Su aspiración es ser profesora de
francés y que ocurra una revolución social.
Finalmente
están los personajes secundarios, todos definidos perfectamente con sus propias
características personales, pero con menos peso dentro de las historietas. Son
los siguientes: Don Manolo (padre de Manolito), la madre de Susanita, la madre
de Felipe, la madre de Miguelito, la Tía Paca, la madre de Manolito, el padre
de Susanita, Muriel y la madre de Libertad. También está Burocracia que es la
mascota de Mafalda y, como su propio nombre indica con sarcasmo, es una
tortuga.
Mafalda
ha sido muy popular, no sólo en Latinoamérica, sino también en Europa (España,
Italia, Grecia y Francia principalmente), traduciéndose a más de treinta
lenguas. Sus tiras han sido publicadas por muchas revistas y periódicos, además
de en diferentes álbumes, recopilaciones y antologías. Así mismo, Mafalda ha
sido llevada al cine por medio de dos diferentes realizadores, Daniel Mallo y
Catú, para la televisión argentina, y el cubano Juan Padrón quien también llevó
a cabo la producción de un largometraje.
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