JUGUETES: Los Aristogatos, por Ana L.C.– Mayo 2012






Érase una vez…

Una refinada gata llamada Duquesa, perteneciente a la alta aristocracia de París, allá por 1910, que vivía muy feliz junto a sus tres revoltosos hijitos: el aprendiz de pintor Toulouse, el pianista de las patitas veloces Berlioz y la encantadora y preciosa Marie, acompañados del caballo Frou-Frou y del ratón Roquefort, en la lujosa mansión de Madame Adelaine Bonfamille, una anciana señora muy, muy, pero que muy rica que les tenía mucho cariño. Y como la casa era tan grande, necesitaba de la ayuda de un mayordomo que había estado muchos años a su servicio, Edgar,  un hombre muy educado y atento, pero que poseía una enorme ambición…


Los gatitos eran traviesos, como todos los niños, y lo que más les gustaba era jugar, correr y cantar, pero también eran muy estudiosos e inteligentes, y todos los días hacían sus trabajos y deberes, eso sí, con mucha alegría…



Sus gatos eran para Madame Adelaine su mayor Tesoro y, como no tenía familia y ellos eran la única compañía y alegría que poseía, quiso dejarles, mientras viviesen, toda su fortuna como herencia, la cual pasaría posteriormente a manos de su fiel criado. Para ello hizo venir a su gran amigo Monsieur Georges Hautecourt, un afamando notario, con el fin de que le redactase el testamento. Esto enfadó mucho a Edgar pues pensaba que, como los gatos tienen siete vidas, tardaría mucho tiempo en disfrutar del dinero y él no quería esperar…

Así pues, Edgar decidió hacerlos desaparecer y pensó abandonarlos lo más lejos posible, así que durmió a Duquesa y sus tres hijitos añadiéndoles unos narcóticos en su comida y luego los llevó en moto al campo lejos de París, de donde pensaba que jamás volverían… Pero además de ocurrirles un sinfín de peripecias, allí conocen a Thomas O’Malley, un gato de arrabal que se enamora de Duquesa, y que decide ayudarles…

En su camino de regreso al hogar, ahora los cinco gatos se encuentran con las hermanas Locuaz, dos ocas inglesas muy risueñas y charlatanas llamadas Amelia y Abigail, que van a parís París también, con el fin de encontrarse con su tío Waldo que trabaja allí. Así que deciden ir todos juntos…

Llegados a la gran ciudad el problema es encontrar su mansión, pues París es inmenso y hay muchas, muchas casas y muchas, muchas calles,  por lo que antes van a una buhardilla donde ensayan los amigos de Thomas, Gato Jazz y su grupo: Gato Chino, Gato Inglés, Gato Italiano y Gato Ruso, los cuales también se apuntan a echarles una mano…

Pero no os voy a contar el final, ¿qué pensabais?... lo mejor es que leáis el cuento, escrito por Tom McGowan y Tom Rowe, y también veáis la película, que es muy divertida y es una producción de Walt Disney.



¡Divertíos! Y recordad que un libro siempre será un gran amigo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EFEMÉRIDES: Ocurrió en enero, por Luis Antonio Novella - Enero 2013

CAJÓN DE SASTRE: El día que nos hicimos italianos: Boscán y Navagero, por Raúl Molina. Junio 2012

LA LETRA Y LA MÚSICA: The rose, por Eva Sion