CRÓNICAS DESDE EL ADRIÁTICO: I'm feeling sexy and free..., por Ángeles Sánchez - Abril 2012
Crónicas desde el adriático
I’m feeling sexy and free…
Ángeles Sánchez – Abril
2012
I´M
FEELING SEXY AND FREE,
y si no
te gusta...
¡VETE
CON TUS ITALIANAS!
"Más vale tener la boca cerrada y parecer tonto, que hablar y
demostrar que lo eres"
La verdad es que no sé quien fue el primero en decir este
conocido refrán. Pero ¡cuánta razón tenía!. Porque, no sé, hay personas que
hablan y hablan, personas incapaces de mantener el pico cerrado y que al final
del día, después de una diarrea verbal incontenible no han sido capaces de
decir nada. Alardeando de tener un dominio de la palabra perfecto o dándose por
entendidos en cualquier tema lo único que consiguen es aburrir, hacer que las
mentes para las cuales dirigen su discurso desconecten con la tercera palabra.
¡Y hay muchos de esos! Aunque si bien es cierto, mi parte preferida es cuando
meten la pata. ¡Y lo hacen! Mucho. Y nadie se da cuenta, engalanan
razonamientos ilógicos tras frases y palabras perfectamente estudiadas, que al
ser tan técnicas y complejas resultan creíbles para una persona con la
concentración al 20%.
El problema les viene cuando se cruzan en el
camino de algún entendido. Y con su peculiar pedigrí lingüístico intentan
demostrar lo listos que son. Y aquí viene mi segunda parte favorita. Cuando
alguien tiene las narices de negarles. Porque, aunque pierdan la batalla sobre
el caso, seguirán afirmando su teoría. Por mucho razonamiento lógico y claro
que le hayan podido dar. La cabezonería es la facultad más preciada de un
necio. Y es que, ya lo decía Inmanuel Kant: "El hombre sabio es aquel que
es capaz de cambiar de opinión, en necio no puede"
Y de necios va la cosa. Hace un par de meses
me vi en la obligación de contestar a uno del gremio. El tema de la discusión:
el machismo italiano. En este país la creencia de superioridad masculina está
prodigiosamente extendida para estar hablando de un país desarrollado. ¿Cómo es
posible que aún existan hombres capaces de afirmar que una mujer jamás debe ser
quien dé el primer paso en una relación? ¿Cómo es posible que acto seguido
afirmen que una mujer no puede enamorarse de un hombre que no la quiere porque
es algo muy feo? y lo peor ¿Cómo es posible que las mujeres les permitan
conductas tales?... ¿Dónde queda la libertad?
Me hace gracia, cuando llevas aquí tanto
tiempo, que muchos ya se han olvidado de tu convencimiento íbero-liberal y una
noche cualquiera te sueltan, entre risas (refiriéndose a una amiga que habla
con el chico que le gusta): "Mira que ‘porca dona’, suerte tiene de volver
a España, porque si se tuviera que quedar a vivir en Italia acabaría sola en
cualquier esquina vendiendo su cuerpo" Palabras literales. La cara que se
me quedó fue un poema absoluto. Tardé algunos minutos en reaccionar. Y con una
calma asombrosa le contesté: "Pena la tuya, que viviendo en este país
jamás podrás conocer a una mujer de forma verdadera, ya que jamás las dejarás
ser ella misma" Y si era imposible resultar más estúpido aún, él lo
consiguió con su respuesta: "Con esa forma de pensar ni tu ni ella seréis
mujeres de verdad. Seréis incapaces de respetar a vuestras parejas. Les haréis
quedar mal. Me gusta Italia y las italianas, que saben comportarse y tienen
modales" De verdad que me hubiera gustado verme la cara, ya que estoy
segura que por momentos fue cambiando de tonalidad: del paliducho blanco, al
rosado, después rojo hasta ponerme morada de rabia. ¿Qué se supone que debía
argumentar en contra? A veces la mejor forma de hacer entender que no estás a
favor de lo que se dice es callarte la boca. ¿Para qué discutir y dar vueltas
en un ápice de gilipollez tras gilipollez? Además, sabido es que el hombre de
Cromañón no es capaz de ver más allá de donde llegan sus narices. Aunque sí que
hubo otras que le contestaron y también se llevó un buen galletazo. Eso sí, el
muy subnormal acabó la noche sin dar su brazo a torcer y... más solo que la una.
Mi amiga se fue con el chico y él se quedo mirándoles pasar. "Benedetto
karma" fueron las palabras de mi despedida. No sé si me entendió, pero yo
me quedé más feliz que una foca al sol.
Bueno, pues la historia no acaba ahí, ya
ahora el gran hijo de su santísima madre resulta que se ha enamorado. Sí. De mi
amiga. Me da a mí que las va a pasar canutas. Y bien merecido que lo tiene.
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